jueves, 2 de agosto de 2007

Denunciar a la fe

BROCHA DIGITAL DEL ESPECIAL DEL PROGRAMA "ENREDADOS" CON MOTIVO DEL CASO BENÍTEZ CONTRA GÁMEZ

Obviando su acepción religiosa, la fe es, según la RAE, el conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas. Y qué difícil es vivir, aceptar el destino de la muerte, asumir tranquila y plácidamente el carácter efímero de la vida, comprender y asimilar la escasísima condición de diminuto y frágil ser en el conjunto del Universo, del que sólo conjeturas se sabe, aunque algunos se empeñen en dibujarlo con todo lujo de detalles.

¡Uf, que trascendental me estoy poniendo! Esta brocha, Jota, me va a salir seguramente 6.000 veces más triste que otras, un millón –de los de antes- menos gracioso, si es que alguna vez tuvieron las brochas alguna gracia, claro.

La fe, Jota, tiene mucho que ver con los misterios. La gente necesita creer en algo, porque si no, corren el riesgo de caer en algún tipo de desazón y desidia vital, más conocida como depresión, tras formularse preguntas asesinas del estilo de “¿Qué hago aquí?” “¿Por y para qué existo?” “¿Qué hay detrás de la muerte?”, etcétera, etcétera.

Y de toda esa área de reflexión humana, ese entramado tejido de entelequias y suposiciones, se aprovechan algunos sagaces y despiadados individuos que aunando briznas de leyendas pero sin ninguna base empírica logran embaucar –son embaucadores, especialistas- y de qué manera a muchos, sedientos de esa fe tan necesaria para la supervivencia de la conciencia.

Filosófico me ha quedado todo eso…

Y ahí estamos la prensa para desenmascarar a los embaucadores. Pero vamos a ver: no existe ninguna prueba que indique que Jesucristo estuvo sentado en un circo romano, por Dios. Ni de que la resurrección de éste ocurrió gracias a la sábana santa; ni de que algún factor mágico propició la llegada de las piedras de las Islas de Pascua.

Pues bien, esto es como denunciar a la fe, parece que nuestro querido amigo el juez lo ha entendido así.

Pero seamos serios. Ese juez o es íntimo de Benítez o ha debido de sufrir algún tipo de apoplejía porque no se entiende el fallo. ¿Será también del Opus? A lo mejor es una de las sorpresas que lleva en sus entrañas el Caballo de Troya ¡Quien sabe!

Mi propuesta y respuesta a la vez a semejantes ataques a la libertad de expresión es multiplicar esos más que razonables textos de Gámez y publicarlos todos en nuestras blog. De ese modo tendrán el impacto no deseado. Y sólo hay que mirar atrás unos días para recordar a dos en la postura del misionero. En mi web están y de ahí no se va a mover. Si nos tienen que condenar, que nos condenen a todos. Verás como no se atreven.

La próxima ocasión, volveremos a incurrir en alguna injusticia, Enredados saldrá en la mayoría de las blogs y, poco días después, seguiremos enredando. Adiós.