Estamos ante el comienzo de la más cruenta y despiadada guerra por la cuota del mercado del vídeo de pago en internet. Telefónica comenzó disparando con Imagenio. Pero claro, contratado, a través de un decodificador específico y en la tele de casa, no en el ordenador.
El segundo disparo con el que vaticino que comenzará la guerra -ya lo verás, Jota- ha sido pixbox, la nueva y flamante tienda de descargas de Telefónica. Un carro al que se ha aupado elmundo.es, con la apertura de su nuevo videoclub ¡Que no te imaginas la cantidad de pelis que se puede uno descargar de ahí, que tienen Gran Torino a 1,80 y los estrenos a 3,50! ¡Ah, y hay día del espectador, los miércoles, como en las salas convencionales!
Cuando te la bajas, no hay límite para ver la película. Pero una vez que comienzas a verla, tienes 48 horas para terminarla. Parece relativamente razonable.
Eso sí, te tienes que bajar el correspondiente software -sólo para windows de momento- para poder ver la peli en streaming, o sea que no tienes que esperar a que baje por completo para verla. Y así, de paso, evitan que te puedas quedar con el archivo en tu ordenador y compartirlo en la red p2p. ¡je, je, je! Le doy tres días más al programa para que lo revienten y esté en todos los foros cómo sacudirse la protección. ¡Es que no se enteran que no se le puede poner puertas al campo...!
El nuevo negocio de telefónica necesita, como puedes comprender, Jota, más ancho de banda y la compañía ya ha lanzado el VDSL de 25 megas. Como decía, Jota, es el comienzo de la guerra.
Pero es curioso. Toda esta revolución de la forma de pago de los contenidos digitales de alguna u otra forma acaba colisionando con los usos convencionales. Fijense. Este anuncio coincide en el tiempo con la conseción de la mayor recaudación de su historia de las taquillas de cine españolas y de medio mundo. 15,9 millones de euros se gastó la gente el fin de semana del 22 al 24 de noviembre. ¿Que la industria del cine se muere por los intercambios p2p? ¡Venga ya, hombre, a quién se lo quieres hacer creer! Una vez más, Jota, nos la están colando doblada. Y en esto, la SGAE sigue imparable. La tuna también le tendrá que pagar derechos.
Por cierto, que el pasado 30 de noviembre se volvió a celebrar el Día de la Seguriadad Informática. Hay días para todo y éste es otro. Lo más sabroso de la jornada, el pequeño decálogo sobre precauciones en la red. Insisto en sus principales puntos para que no se nos olvide:
- Quienes trabajen en entornos corporativos deben conocer y respetar las normas marcadas por los administradores.
- Cambiar las contraseñas de vez en cuando, y no usar la misma para diferentes servicios.
- Los equipos físicos deben estar protegidos por contraseña.
- La información especialmente delicada debe estar cifrada.
- Estar alerta ante ataques mediante ingeniería social.
Es pesado, pero si lo aprendemos a lo mejor tardamos algo más en no ser atacados.
Lo que menos me ha gustado Jota, de esta última semana es que España se ha convertido en el segundo país con más intercambio de pornografía infantil en la red. Lo dice la Fundación Alia2, con el COI y Samaranch de patronos. México lidera el intercambio de archivos de este tipo. Estados Unidos, con más de 300 millones de habitantes, es el tercer país. Desde luego, a alguno aquí se le está yendo la olla.
Tenemos que ser los primeros en todo y ¿En esto también? ¡Vamos a dejar a los niños en paz, puñetas!
Y sin tiempo para más, Jota, no me quiero despedir sin subrayar que el autor del gusano para el Iphone ya ha sido contratado por una empresa de software (¿Y eso no es alentar el delito?) O que, muy a mi pesar y al de muchos maqueros, Windows 7 ha superado en número de instalaciones a todos los sistemas operativos de apple en sólo un mes; o la incorporación de subtítulos en youtube para sordos; o el estreno del portatil de Nokia, el nuevo ratón mágico de apple o el año de cárcel que le ha caído a un nota por colgar en internet fotos de su novia desnuda. ¡Si es que no aprendemos!
Ay, Jota, la guerra está desatada pero no sabe cuánto tendremos que esperar para que la artillería pesada pase a la acción ni cuánto tiempo tendrá que pasar para que consideren enfermos crónicos a los que trafican con pornografía infantil en la red.
La semana que viene, si nos dejan , seguiremos enredando
Adiós.