Buenas tardes Jota,
Mucho hablar de las comicios en el país más poderoso del mundo y no habéis dicho ni ‘mú’ del anuncio más gordo en materia de nuevas tecnologías del año, que ha ocurrido allende la frontera oceánica.
Una noticia que bien podría haber sido la compra de Yahoo, pero no es así, aunque tenemos un denominador común. Atención -y siéntate no te vayas a caer-, Microsoft ha decidido la apertura del código fuente de todos sus programas para promover el software libre. ¡Igual de perplejo me he quedado yo! ¡A mí también se me ha caído la mandíbula inferior al suelo!
O Bill Gates se ha bebido en una tarde toda la cazalla del mundo y luego se ha hartado de psicotropos o estamos ante una estrategia empresarial bien urdida. Me inclino por esto último, aunque no descarto que el ‘Gates’ se haya agarrado más de una trompa de campeonato.
Dicen que ha sido Google quien ha estimulado y animado a sus competidores. ¡Ves, eso me lo creo meno! Sobre todo porque no se pueden ni ver. Mi teoría es que la culpa la tenemos los españoles. Sí, sí, como lo oyes, nosotros, los españoles. Somos los más piratas y lo dicen todas las encuestas. Y, tanto piratear, tanto piratear, tanto pasar programas a los colegas, fueran de donde fueran, no ganaban un duro y han tenido que tirar por la calle de en medio.
Te imaginas los Windows Vista personalizados, los Office, los SharePoint… Y todo sin licencia. ¡El cielo!
Pero, Jota, qué me dices del pulso que han disputado por hacerse con los soportes de grabación del futuro. Lo ha ganado BlueRay. Ya lo sabrás a estas alturas. Parecerá ahora que es apuntarse a caballo ganador, pero creo que los otros, imponiendo las grabadoras en los ordenadores, han acabado con el negocio. Las imposiciones acaban pagándose caras. Y, si nó, a los hechos me remito.
Por cierto no sé para qué puñetas me he comprado un Iphone cuando lo voy a cambiar por el gphone, el teléfono de Google, en cuanto llegue a finales de 2008. Agacho la cabeza, porque tengo un problema: soy un consumista sin remedio.
Ay Jota, cuanto que renovar en materia tecnológica y cuánto pulsos nos quedan por ver, porque esto no se ha acabado. La semana que viene, si nos dejan, seguiremos enredando. Adiós.