, ESPACIO FINAL DEL PROGRAMA "ENREDADOS"Buenas tardes Jota. Pero qué manía, qué perra -que dirían en mi pueblo- tienen con controlarlo todo. Que no, joder, que no. Es como si quieren controlar el Universo. Es imposible. Demasiado espacio, demasiada gente. Pues con internet pasa lo mismo. De cualquier manera, todo es cuestión de tiempo. Los políticos, poco a poco, se van dando cuenta que no es posible y que pueden frenarlo mínimamente pero al final se impone lo que dice la mayoría. No, si vamos a tener que llegar a la conclusión que la interrelación de fuerzas del Universo va a ser lo más democráctico que existe.
Podrán frenar las blogs en Italia pero lo que no pueden frenar es la entrada del Leopardo en el Serengeti de la red macquera, acechando ahí en la sabana virtual de gacelillas Thomson o bien llamados nuevos módulos vista. Como si de un legendario documental de la dos se tratara, puedo ver a esos hermanos leopardo vagando por la sabana, aliándose para devorar gacelas y ñúes, que no son otra cosa que Linux con patas y cuernos disfrazados a punto de cruzar el río para ser devorados por algún cocodrilo, conocido como troyanos, con las dos manos.
Y cuando regresamos de este improvisado viaje salvaje al mundo del control de los poderes fácticos nos salta el Supremo asegurando que no se puede espiar el correo electrónico de los empleados. Una práctica que constituye –dicen- una violación de la intimidad por parte del empresario y contraria al Estatuto de los Trabajadores. Pues claro. Es como si te abren una carta o te registran los bolsillos.
Ah, y, claro, vueltos a la pura y clara realidad, para tu información Jota, se han acabado los ordenadores a 100 euros. Si, si, como lo oyes, que ya no hay. Bueno, perdón, los hay y se pueden seguir comprando por Internet, pero ahora arrancan en 200 euros. Pues si que nos ha durado poco la alegría.
Por cierto, que el cambio está empujando. Una última encuesta en la red asegura que los niños prefieren Internet a ver la tele. El 70% de ellos, entre 7 y 10 años, -y eso es peor- navegan solos.
Ay Jota, cuanto empujan los de abajo y cuanto crédulo del control vagando por ahí. La semana que viene, si nos dejan, seguiremos enredando. Adiós.
