Gracias Tomás, gracias por no cejar y gracias en nombre de todos los periodistas por haberte zafado de la mano "pepera" que te agarraba el brazo en tierras gaditanas cuando hacías la pregunta incómoda a Rajoy. No es fácil en los tiempos que corren.
Me explico: Un redactor de Canal Sur Televisión preguntó a Rajoy, de visita en Cádiz, si iba a pedir disculpas a Andalucía por decir que su proyecto de reforma de Estatuto es un "cachondeo". Insistió, como buen periodista. Y como una exalación y al más puro estilo caciquil y decimonónico una mano se le posó en el brazo y le insistió en que retirara el micrófono del lado de la boca del presidente del PP. Era una pregunta incómoda y, claro, no se podía permitir. Y claro, Tomás tuvo que soltar cualquier suerte de improperio, como haríamos cualquiera de nosotros. No contento con el atentado contra la libertad de prensa perpetrado, Mateo Risquez, actualmente miembro del Consejo de Administración de la RTVA se atrevió a acusarlo de seguir "indicaciones". Sin comentarios.
Y después de lo evidente del caso, todavía hay algunos anclados en la parcela más rancia de este mundo del periodismo que "defienden" la postura contraria. Dice Pepe Contreras en su blog que no se lleva demasiado bien con Tomás, pero que "Son las cosas que pasan, Tomás. Las reglas del juego son las reglas del juego, político. Pero sin pasarse, compañero". "Sin pasarse", dice. Pero... ¿Quién es usted señor Contreras para establecer límites? ¿En base a qué código ético o manual de cabecera de periositas ha sacado usted semejante barbaridad? ¿En qué país y momento histórico del periodimo vive usted? ¿Con qué licencia se atreve usted a poner límites? ¿Quién es usted y cuántos reconocmientos le asisten para lanzar semejante memez? En fin, qué desgracia tener a gente semajante en el mundo del periodismo.