Buenas tardes, Jota. Algunos de nuestros oyentes –más amigos que oyentes, debo reconocer- me piden que explique un comentario que hice en mi primera intervención sobre la caché de los proveedores de Internet y la dificultad de actualización de los medios online. Bien, me explico.
La caché es un tipo de memoria del ordenador. En ella se guardan datos que el ordenador necesita para trabajar. ¿Pero no era eso la RAM?, Preguntarán ustedes. Pues, sí, respondo yo. Pero hay una diferencia: la RAM es la que sostiene los programas abiertos. La caché, por el contrario, alivia de trabajo al motor del ordenador, al procesador, y evita su calentamiento.
Los medios de comunicación digitales tienen serios problemas para que los usuarios visualicen las actualizaciones y nuevas noticias en tiempo real. Los proveedores de Internet aprovechan cualquier momento para ahorrar, bien sea en ancho de banda, bien en consumo interno de máquinas.
Esto es viejo, Jota ¡Qué te voy a contar a ti! Para que nos entendamos. Me explico. Ponga por caso un proveedor, Telefónica, y un servidor, el de Elpasi.com. El proveedor de Internet, Telefónica, almacena en un cajón las páginas que sirve de Elpais.com. O sea, en la caché. Cachea las páginas que demandan sus clientes de otros servidores. Continuamente chequea el servidor de origen, el de Elpais.com, por si ha cambiado la página. Si no ha cambiado, siguen sirviendo caché, la página que tienen en el cajón.
Esto ocurre cada tres minutos aproximadamente en los medios digitales más importantes del país. Es decir, que durante tres minutos se evitan gastar flujo de datos en el tramo comprendido entre proveedor y servidor. Y, sobre todo, logran reducir el gasto interno de hardware. Los ordenadores estarían trabajando continuamente si no se estableciese este intervalo de tres minutos. Si sumamos tres minuto y otros tres y otros tres, suman muchos minutos. Suma mucho ahorro. Eso sí, a los usuarios cobran lo mismo.
Los medios online sufren esta práctica desde hace tiempo, Jota. Y es difícil luchar contra ella.
A veces es nuestro propio ordenador el que sigue la configuración predeterminada y almacena en caché las páginas porque nadie le ha dicho que no. Luego pulsamos la tecla F5 o actualizar y tampoco logramos ver lo que otros sí están viendo. Bueno, pues, pulsando al mismo tiempo las teclas control y F5 logramos obligar a nuestra propia máquina renovar la página que tiene en el cajón de la cahé, que es la que nos mostraba hasta ahora.
Ay... Cuánto que saber y cambiar...
Como siempre, la semana que viene –si nos dejan- seguiremos enredando. Adios.