Buenas noches Jota,
Hoy es un día tanto para estar triste como para estar feliz. Estoy feliz porque Enredados una vez más ha vuelto a lograr crear un canal de comunicación, un foro, un alud de perspectivas, puntos de vista y augurios que, sin duda, van a enriquecer el debate siempre abierto de la libertad en su sentido amplio y en particular, en el de la prensa. Porque no olvidemos que éste ha sido un tramo más de una largo camino. La lucha del ser humano por el poder a costa de la libertad es tan viejo como el propio ser humano.
Pero, sin embargo, hoy estoy triste: Y no tanto porque haya llegado al convencimiento personal de que no existe la libertad de prensa plena. Estoy triste porque creo que no estamos avanzando sino retrocediendo. La libertad de expresión personal existe. Hay que buscarla, pero existe mientras que no sea masiva. Cuando se transforma, está abocada a la muerte.
Enredados ha hecho un recorrido por los sitios web de las disitintas asocaiciones de la prensa de Andalucía. A la hora de almorzar ninguna de ellas, salvo Málaga, tenía ni una sola letra alusiva a la conmemoración de este Día. No había nada en los rostros virtuales de las asociaciones de periodistas de Cadiz , Huelva , Córdoba , Granada , Jaén , Almería o Sevilla. Córdoba y Granada tienen un enlace en la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, la FAPE , pero no funciona. Almería ni si quiera tiene web. Ese es el verdadero panorama.
En el chat de Mogulus, plataforma a través de la cual Enredados ha podido llevar a todo el mundo este Maratón de Radio, se ha hablado de muchas cosas, pero, entre otras de la falta de corporativismo de la profesión periodística. Quizá por su propia idiosincrasia, quizá por su forma de entender el mecanismo, el procedimiento, la rutina llena de soledad... En cualquier caso, por lo que sea, el periodista no está unido. Y esta desunión nace en nosotros mismos y se alimenta con las intervenciones -a veces flagrantes, a veces sibilinas- de los poderes fácticos, convencidos de que el cuarto poder unido es incontrolable. Esta desunión no favorece nuestras reivindicaciones. Al revés, las debilita. La conveniencia de tener maniatada a la prensa está fuera de toda duda si miramos en la triada que gobierna nuestra sociedad.
La FAPE, organismo que representa a los periodistas en España, lanza en su comunicado varias ideas. Me sumo a las peticiones a todos los agentes sociales a potenciar y respetar a los periodistas. A las adminitraciones pedimos que no permitan la cometencia desleal -dicen-; A las empresas públicas que sean ejemplares en establecer condiciones de trabajo dignas -demasiado sueldo mísero-; a las empresas periodísticas, que apuesten por la calidad y el buen periodismo -nos vendemos a la publicidad-; y a la ciudadanía, instarla a mantener una actitud activa, un oido, una mirada y una lectura crítica.
La Federación Internacional de Periodistas, más valiente, va más allá y acusa de censura, hipocresía y negligencia a los gobiernos, que pone en peligro las libertades civiles y la democracia.
Pero más allá de nuestras fronteras, hay que subrayar que en Cuba y en China continúan las restricciones de la liberta de expresión y, por ende, de prensa; que en Marruecos continúan encarcelando a periodistas por criticar al Gobierno; o que en Turquía, por ejemplo, apoyados en la ley que trata del agravio a la identidad nacional turca, se está procesando a defensores
de los derechos humanos, periodistas y otros miembros de la sociedad civil que expresan de forma pacífica sus opiniones discrepantes.
Lo dicho, Jota, mientras todo esto se resuelve, me quedo con los principios del artículo 20 de nuestra Constitución Española o el artículo 18 de la Declaración de los Derechos Humanos. A partir de ahí, sigamos construyendo. La próxima ocasión, si nos dejan, que nos dejarán, seguiremos enredando. Adiós.
De izquierda a derecha, Concha Porcuna, Juanjo Ibáñez (Enredados), Angustias Marín (Canal Sur), Ana Lozano (publico.es), Jesús Javier Pérez (director de Enredados e Interurbe) y Lidia Ucher (Red Andaluza Contra la Pobreza y la Exclusión Social EAPN-ANDALUCÍA)